La Secundaria Rural Mediada por las Tecnologías de la Información y la Comunicación (SRTIC) es un modelo educativo innovador que promueve UNICEF en Argentina desde el año 2012. Este modelo educativo tiene el objetivo de fortalecer la implementación de la educación secundaria y contribuir a su expansión en nuevas jurisdicciones en la provincia de Santiago del Estero. Con el apoyo de la tecnología, adolescentes que viven en parajes rurales remotos en cinco provincias del país, entre las que figura Santiago del Estero, pueden estudiar sin dejar su hogar.
La iniciativa tiene como objetivo dar respuesta a la necesidad de garantizar el derecho a la educación de todos los adolescentes que viven en parajes rurales dispersos, y se propone disminuir la brecha digital existente entre estos adolescentes y aquellos que habitan en los contextos urbanos.
En el momento de su implementación, se pensó en un “formato” distinto, interactivo y con planteos atractivos para el sujeto del aprendizaje. Así surgen los DESAFÍOS que incluyen MISIONES tanto para alumnos con trayectoria regular como para aquellos que requieren de un planteo diferente por distintos motivos. Estos DESAFÍOS se plantean de forma especìfica y también de manera interdisciplinaria/multidisciplinaria con la idea de hacer foco en lo real y en proyectos que requieran de la visión conjunta y complementaria. Paralelamente se plantean RETOS que abarcan las capacidades que apuntan a las habilidades blandas. Esta última propuesta desafía la creatividad a través de las herramientas de las TIC, la tarea innovadora frente a los temas ya conocidos, el pensamiento crítico y la resolución de problemas cotidianos y domésticos, que van desde “leer para sentir”, hacer compost o incluso saltar la cuerda.
La figura que llama la atención es la del DESAFIANTE, quien por diversos motivos no pudo acreditar en el ciclo lectivo que cursó, y “recursa” durante el ciclo siguiente a manera de recuperación, mientras continúa la trayectoria completa del año lectivo siguiente.
También los agentes educativos se reformulan y se presentan como mediadores de la situación de enseñanza: existen los profesores llamados “contenidistas”, que “crean” contenidos para cada DESAFÍO y MISIÓN con su correspondiente rúbrica. Esos contenidos creados son recibidos, analizados y estudiados por los coordinadores de cada sede, quienes “traducen” y hacen el andamiaje de la propuesta creada. Esto permite que la información circule desde el especialista en el espacio curricular hasta el generalista que hace la bajada al alumnado. Sin descartar la función que cumplen los alumnos de cursos avanzados, quienes ofician de guías para sus compañeros de cursos más bajos, fomentando así el co-aprendizaje.
En este año 2020 se propuso un DESAFÍO como proyecto educativo comunitario: exige de la participación no solo de los alumnos (todos participan sea el curso que fuere), sino también de los coordinadores de sede, de los profesores-contenidistas e incluso de toda la comunidad educativa, que contextualiza la sede de la Escuela Interactiva, con la ayuda de la mano de obra y de la contención afectiva de los habitantes de la localidad rural impactada. Esta proposición fue tomada con mucho agrado, con responsabilidad y con la visión de que lo aprendido puede ser insumo de una salida laboral con fines económicos para los alumnos. Cada “paso”, así se denominan las actividades del PEC (Proyecto Educativo Comunitario), los acerca a la fabricación de un producto imprescindible para la continuidad educativa. En este caso se trataba de los cargadores solares.
Esto es parte de esta “escuela” diferente, interactiva y que se proyecta hacia la comunidad rural y urbana, y busca su expansión a través de intervenciones en el mundo.
A la hora de definir estas “otras escuelas” en la convocatoria de Fundaciòn Santillana, se planteó el concepto de la ESCUELA COMO CENTRO SOCIO-EMOCIONAL DE APRENDIZAJE. Y precisamente así califico este modelo. Juntos aprendiendo lo esencial: jugando, colaborando, aprendiendo, inspirando y creciendo…
