Focus Group
24 miradas sobre
“De la realidad al deseo de una evaluación auténtica”

Equipo de La escuela que viene: Manuela Lara, Nilda Palacios, Silvia Perlado, Ana Municio, Lola Delgado y Alicia Villas.
Anfitriones: Carlos Magro, Iván Matovich y Alfredo Hernando.
Facilitadora: Paloma Moruno.

“Y es que la educación como la historia de Cripton es un proceso de desprendimiento, las cosas que hay que dejar, muchas, y no solo las que habría que cargar en la nave. Pero esta tarea tan abrumadora, tan cargada de incertidumbre no nos tiene que resultar extraña, pues la nave de nuestra memoria, la que nos permite viajar no errantes por el tiempo, es maestra en olvidar para que la carga de recuerdos por ricos que sean, no suponga una inercia imposible para el despegue y para la adaptación a lo incierto. En nuestra memoria es tan importante el olvido, como el recuerdo».  Antonio Rodríguez de las Heras

Y es que parece que en ese proceso de desprendimiento sea posible, para que seamos capaces de abarcar la transformación del paradigma de enseñanza aprendizaje, puesto ahora más en cuestión y en tensión que nunca, una de las cuestiones más abordadas, más tratadas y más inmóviles sigue siendo la transformación del proceso de evaluación hacia un modelo formativo.

Desprendernos de la evaluación sumativa, la que califica los aprendizajes de manera numérica sigue siendo el principal foco de atención que los claustros tejen en sus reuniones de evaluación, por reacción ante lo que en positivo o en negativo provoca. Ahora además acrecentado por las dificultades que la educación en su modalidad virtual nos ha traído, poniéndolos frente al espejo no sólo de un sistema que necesita resolver de manera ágil la conexión del alumnado con su centro educativo, sino que además requiere de un proceso que recoja las evidencias de un aprendizaje en el que el porcentaje de no presencia del profesorado ha aumentado exponencialmente.

El segundo Focus Group del proyecto la “Escuela que viene” liderado por Fundación Santillana tuvo lugar el pasado jueves 04 de junio de 2020. Versó sobre esta necesidad de saltar la brecha que nos impide alcanzar la evaluación auténtica y en él se dio voz a expertos de diferentes partes de España e Iberoamérica, representando la variedad de modelos educativos presentes en Argentina, México, Perú, y Uruguay.

Como en el primer Focus Group la metodología de facilitación diseñada pretendía un proceso participativo en el que todas las voces convocadas, guiadas a través de meditadas preguntas, nos llevará a analizar qué ha aflorado en el proceso de evaluación durante el período de confinamiento y qué medidas podemos poner en marcha para alcanzar una evaluación más provechosa para el alumnado y por tanto para el proceso educativo.

¿Qué aspectos han aflorado sobre el proceso de evaluación durante el confinamiento?

  • La dificultad para recopilar evidencias de aprendizaje, tratando de evaluar en el entorno virtual como en el presencial.
  • El reto de poder captar otros lenguajes que son importantes en la evaluación, como evaluar la relación interpersonal e intrapersonal.
  • Momento clave para unificar significados sobre qué es evaluar, para replantearnos la esencia de la evaluación, y así conseguir que tengamos un significado que nos una en la acción.
  • Distinguir la función de la evaluación en los diferentes escenarios, dependiendo de los diferentes contextos y de la dificultad para acometer por parte del profesorado según estos escenarios.
  • La importancia de la propuesta metodológica frente a las propuestas elaboradas desde las administraciones. No sólo es cuestión de lo virtual, sino de congruencia metodológica en esta modalidad de enseñanza.
  • La urgencia de la enseñanza diferenciada, no sólo cada alumno y alumna son diferentes, sus familias también lo son, y ahora más que nunca esa realidad se hace evidente a los ojos de los docentes.

¿Por qué no somos capaces de ROMPER con la BRECHA entre la realidad y el deseo de una evaluación auténtica?

Causas:

  • Los sistemas educativos no se diseñaron para hacer uso del conocimiento, sino para conservarlo y reproducirlo. Una evaluación auténtica supone poner en práctica el saber adquirido y los profesores no hemos sido formados así, ni preparados para hacer eso con los estudiantes.
  • Las escalas de evaluación a nivel del país inducen a acogerse a unos patrones de evaluación.
  • La evaluación tradicional es una zona segura para docentes y familias, y existe temor hacia el cambio.
  • La evaluación auténtica es difícil de diseñar, ya que toma en cuenta no sólo a los individuos sino a su estado al momento de ser evaluados. Requiere reinventarse, creatividad e ir más allá de lo que se ve a simple vista.
  • Es necesario crear significados en los espacios escuela, hogar.

Medidas 

  • Trabajar con lo que es realmente una evaluación auténtica, en la práctica hacer esta transposición de las tareas de clase, más aún para evaluar desde la virtualidad con la dificultad mayor que conlleva. Una evaluación auténtica tiene que ver si el alumnado está movilizando sus procesos cognitivos, siempre desde el propósito de la práctica.
  • Para migrar a evaluaciones formativas es necesario hacerlo en base al consenso de la comunidad. Una especie de Consejo Educativo por centro escolar, conformado por todos los actores (incluido el alumnado) que definan los procesos de evaluación a seguir durante el curso.
  • Evitar lo complejo, la sofisticación del modelo.
  • Facilitar las condiciones a los docentes para que tengan en cuenta las individualidades, cursos reducidos, más tiempo, tecnología. Orientar en la autoevaluación y el desarrollo de procesos de pensamiento.
  • Generar espacios paralelos al sistema que permita mostrar la eficacia de los aprendizajes y luego incorporarlo a lo formal. Otros métodos de evaluación que se puedan probar en distintos contextos y luego llevarlos a la escuela.
  • Apelar a experiencias compartidas que permitan modificar los procesos de aprendizaje. Experimentación entre docentes. Necesidad de evidencias, también lo piden los alumnos. Evidencias que sean válidas.

¿Cuál es el sentido de la evaluación en la escuela que viene?

  • Tender a personalizar la ayuda al estudiante.
  • Mantener altas expectativas de todos los actores del sistema y despertar la esperanza/ilusión que la educación puede transformar el contexto.
  • Una evaluación que le permita al estudiante saber en qué “parte del camino” se encuentra para el logro de sus objetivos de aprendizaje y que le brinde la información y herramientas necesarias para realizar las mejoras pertinentes y seguir encaminado.
  • Lograr poner en evidencia realmente las diferentes competencias de un alumno y de los conceptos que pudo desarrollar en mayor o menor medida durante el proceso de aprendizaje.
  • Incentivar el aprendizaje, identificar lo que unx sabe/aprendió, mejorar la manera de enseñar y aprender. Poder generar mejores condiciones para el aprendizaje. 
  • Una evaluación comprometida con el aprendizaje de los alumnos, que le otorgue significado para poder avanzar en su proceso personal y que implique una retroalimentación.
  • Cambiar el mundo para mejor. Atender todos los procesos que suceden en el aprendizaje, y no solo ser un juicio final de certificación. 
  • La escuela que viene debe trabajar en el desarrollo de evaluaciones por competencias y de esta forma lograr que se evalúen las mismas en cada trabajo que se les pida a los alumnos. Capacitar a los docentes en la importancia de evaluar el proceso y no solo el resultado.
  • Una evaluación de impacto: que genera cambios, análisis, reflexión, procesos de mejora y que permite a los actores del sistema encontrar en ella la verdadera gratificación de docentes, estudiantes, sistema, encargadxs de familia.
  • Redefinir lo que significa “aprender” en la escuela: evolucionar académicamente, y como persona cada día.
  • Lograr una evaluación auténtica, sostenida en la autonomía, la reflexión, el pensamiento crítico y la creatividad.
2 ciclo Focus Group

El relato gráfico de este Focus Group.

Una vez más el diálogo nos muestra que sólo hace falta escuchar para darse cuenta de la claridad del diagnóstico de las necesidades que tiene el colectivo docente para poder acometer esta tarea y las ganas de poder dar el salto.

Si quieres seguir conociendo más puedes entrar en el ciclo de “Evaluación de los aprendizajes” donde encontrarás todo lo publicado hasta el momento.

Participantes:

Hugo Díaz, investigador de políticas educativas;
Patricia Choque, directora de la Escuela Mariano Boedo;
Beatriz Cortez, docente innovadora;
Ezequiel Gastaldi, alumno de Northfield School;
Ailén Matthiess, egresada de Minerva School;
Valeria Marín, directora de nivel inicial;
Antonio Moreno, director general de contenidos de Santillana México;
Hilda Soledad Muñoz, rectora Colegio Americano de Bogotá;
Henar Rodríguez, Universidad de Valladolid;
Agustina Paz, Singularity University;
Estíbaliz Pérez, Universidad Técnica Nacional;
Diego Taibo, alumno Colegio Montserrat;
Vanessa Toribio, FONDEP.

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