Inventar el futuro

La situación que atravesamos como planeta nos presentó el desafío de reinventarnos. La escuela se trasladó a las casas de los estudiantes y nos vimos interpelados en nuestras prácticas docentes y de gestión, y lo más importante puso en tensión la relación  del currículo con lo que necesitan aprender nuestros estudiantes.

La presente crisis es la oportunidad para transformar la escuela en ese lugar en que creamos escenarios reales y virtuales para que los estudiantes tengan la posibilidad de desarrollar todo su potencial, donde puedan aprender “haciendo”. Para eso necesitaremos flexibilizarnos, desaprender para volver a aprender, poner en valor la educación de las emociones para formar a nuestros niños y jóvenes de forma integral, como ciudadanos comprometidos, empáticos y capaces de observar su entorno, detectar problemas o necesidades para luego analizarlos y proponer una solución eficiente, eficaz y amigable con el medio ambiente. Así mismo, es sumamente importante ayudarlos a desarrollar las habilidades de trabajar en equipos diversos e inclusivos, ya que la escuela es el mejor escenario para aprender agestionar las emociones.

LA ESCUELA QUE SE VIENE

La nueva escuela requiere de un currículo amplio, en permanente actualización, capaz de dar a cada comunidad un margen para contextualizarlo, aplicarlo y ampliarlo de modo tal que pueda dar respuesta a las necesidades de la sociedad del siglo XXI.

En la escuela que viene será vital que los equipos de gestión ejerzan un liderazgo distribuido, con visión 360 y mentalidad de crecimiento, con la suficiente humildad como para permitirse seguir aprendiendo, y ser conscientes de que la gestión de la incertidumbre será lo habitual. De este modo el equipo docente y de tutores se ponen a la par para acompañarlos y guiarlos en la transformación de sus roles.

Los líderes educativos de la escuela que viene deben gestionar la incertidumbre pero al mismo tiempo ser capaces de brindar un entorno estable, saludable y ameno para que cada docente y tutor pueda desarrollarse y exponer lo mejor de sí en pos de brindar a nuestros estudiantes esos escenarios de aprendizajes reales y virtuales potentes, motivadores, desafiantes en donde se puede aprender haciendo, incluso desde el error.

QUIERO AGRADECER

A FUNDACIÓN SANTILLANA POR TAN VALIOSA INVITACIÓN Y EN ESPECIAL A MI AMIGA Y MENTORA LIC. GRACIELA BERTANCUD Y A TODO

EL EQUIPO DEL COLEGIO TOMÁS ALVA EDISON – MENDOZA- ARGENTINA.

María Beatriz Aguado

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