¿Tienes miedo a los cambios? Tómate una tila, pero actua

O cómo se puede conseguir en el aula algo verdaderamente transformador  

Es evidente que desde diferentes grupos de la sociedad -alumnos, docentes, familias, centros, organizaciones relacionadas con la educación… se está pidiendo un cambio en el modelo educativo actual que se adapte, en lo posible, a la transformación que el tiempo produce en la sociedad en la que vivimos. 

Son innumerables las preguntas sobre por qué, pese a los continuos cambios que se obran desde las leyes educativas, no conseguimos unos resultados más convincentes o que nos satisfagan a una buena parte de los colectivos mencionados. Y casi predecibles las respuestas, que ponen en evidencia desde la falta de altura de miras del gobierno de turno, hasta la inmovilidad del que está a pie de trinchera. 

En medio de todo eso, hay una multitud de personas comprometidas que se consumen en un desierto de burocracia, falta de imaginación y coraje, y medidas poco realistas. 

¿El resultado? Iniciativas interesantes, suma de individualidades, que logran el efecto esperado si consiguen implicar a todo un centro educativo. Y una repercusión a largo plazo si, con un esfuerzo titánico, consiguen implicar a una localidad o región. 

Por todo ello, y teniendo en cuenta que estas palabras se escriben en tiempos algo inciertos y convulsos, voy a responder a una pregunta:  

¿Qué cambios en la educación aseguran el éxito?  

Todos aquellos en los que creamos de verdad y que cuenten con la colaboración de docentes, familias, alumnos y sociedad a la que pertenecen.   

Si el gobierno actual, de nuevo, están en contra de la última reforma educativa llevada a cabo por un partido de diferente signo político, podrían realizar una reforma educativa de verdad: rompiendo espacios y tiempos 

En línea con lo que ocurre en estudios posteriores al Bachillerato, se pueden organizar las materias por cuatrimestres, lo cual nos obligaría a replantear el currículo. 

Aumentar la duración de cada clase, reducir asignaturas al día, preguntar a los docentes qué áreas prefieren trabajar por proyectos y facilitar horarios adecuados para ello, son medidas absolutamente posibles. Las personas que trabajamos en los centros educativos sabemos que esto se puede hacer. Son propuestas reales.  

Al reducir la carga horaria de cada día, se pueden introducir atractivas optativas queridas y elegidas por los alumnos, trabajadas igualmente de forma cuatrimestral. Estas optativas tendrían una clara dimensión artística, tecnológica y deportiva, desde aprender a tocar un instrumento, hasta practicar determinado deporte. 

¿Más profesores en los centros? Hay que valorar que la impartición de algunas de estas optativas se puede ofertar a los profesores que forman la plantilla de ese centro. ¡Oh, sorpresa! Podemos estar formados en varias disciplinas y esto ser muy positivo para los docentes al poder desplegar otras facetas en el aula, y que de ellas podamos acreditar o formación o experiencia.  

Incluiría como obligatorio en la educación Secundaria y Bachillerato el intervenir en el entramado social del pueblo, villa o ciudad donde se encuentre el centro educativo, a través de un trabajo voluntario. Todos los alumnos de más de 16 años deberían acreditar una cantidad de horas de trabajo voluntario al mes en lugares como: bibliotecas, parques, asociaciones, etc 

Esto supondría, por fin, que la escuela no fuera el único lugar de aprendizaje;conectar al alumno con el espacio donde vive, hacerle sensible a las necesidades de los demás… El Aprendizaje Servicio no se vendería como una innovación en la educación, sino como una forma habitual de formarse como persona.  

Y como efecto secundario y muy querido, supondría que el alumno aprende, de primera mano, qué necesita su entorno de él, qué carencias tienen ambos y, en resumen, cómo funcionan las cosas de verdad y no solo en papel. 

¿Llevar a cabo estos cambios es imposible? No. ¿Es fácil? Tampoco, porque para ello se necesita consenso, voluntad, valor y trabajo. Hay que sentarse a pensar y actuar. Mi experiencia en educación pública, concertada y en el Administración Educativa, me dice que hay suficientes personas técnicamente preparadas para diseñar todo este entramado.  

¿Acaso pensamos que es la solución perfecta? No encontraremos nunca un modelo perfecto y absolutamente exitoso, pero sí es posible acercarse a aquel en el que alumnos y docentes dejen algo de sí mismos cada día en el aula. Y se lleven, a cambio, una experiencia que pueda resultarles formativa, interesante y transformadora

Susana Arcos Trancho

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1 comentario en “¿Tienes miedo a los cambios? Tómate una tila, pero actua”

  1. Muy bueno el artículo y la necesidad de un cambio radical pero facilitador, más reducido e integrado, práctico y con una visión de mundo global. Lo importante: El Civismo, que tiene estrecha relación con el núcleo familiar, La Aritmética en las operaciones básicas
    y uso de calculadoras financieras, la Lectura oral y comprensiva e interpretada y deductiva relacional, La Computación en todas sus fases y redes para priorizarlas como herramientas de aprendizaje, Los Idiomas relacionados con las culturas de donde provienen a los fines de poder socializar a nivel global.

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